Los paneles fotovoltaicos están mayoritariamente compuestos de silicio, un material fundamental para la generación de energía solar fotovoltaica. Gracias a las propiedades del silicio, es posible convertir la luz solar en energía eléctrica.
Cuando los rayos solares inciden en las células fotovoltaicas, estas se encargan de transformar la luz solar en electricidad en forma de corriente continua.
Posteriormente, mediante el uso de un inversor, esta corriente continua se convierte en corriente alterna, que es el tipo de corriente utilizado en los hogares.
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Referencias:
"El gran desafío de la humanidad para este siglo XXI es la lucha contra el cambio climático y transición necesaria hacia una economía basada en energías sostenibles, renovables y limpias."